No bastando con una el día de mi cumpleaños y otra en las escaleras de mi casa, llegó la tercera caída hace dos días justamente saliendo de la oficina cuando miles de cosas pasaban en mi cabeza.
Por la tarde tuve la fortuna/desfortuna de enterarme que el entorno de el delineante no andaba bien. Y a pesar de que finalmente todo se arregló cuándo lo supe sentí como un balde de agua helada caía sobre mi cabeza mezclado con unas buenas cachetadas y con agua en la cara imaginen el dolor.
Mientras me decía a mi misma: “Dejo lo más por lo menos”, “la balanza entre PB y el delineante sigue siendo muy clara, el delineante la gana”, “primer mundo vs amor genuino”, “felicidad vs riesgos vs expectativas”; cerraba la puerta y caminé un metro. Ramas en el suelo de los árboles recién podados fueron mi escapatoria y comencé a pensar en el cambio climático y en el por qué no teníamos estructuras ecológicamente amigables para no cortar el poco oxígeno que tenemos. Caminé un metro y medio más viendo hacia arriba a la altura del cableado de la luz.
No supe cuándo ni como, perdí el equilibrio y estaba en el suelo. En la mano llevaba mi recién adquirida vinagreta de fresa para mis fabulosas ensaladas, solo faltó que el envase se hubiera roto y que la vinagreta quedara esparcida cuál sangre en la banqueta dejando ver metafóricamente lo que me desangraba en pensamientos y lo muerta que me sentía en ese momento.
Afortunadamente nadie me vio caer, tuve tiempo para decirme: “¡Carajo!, ¿otra vez?”, levantarme, sacudirme, recoger mi intacta vinagreta y seguir mi camino con cuidado al carro. Obviamente una vez llegando al carro solté el mar de lágrimas cual magdalena, el cielo me hizo compañía porque tremendo tormentón que se soltó. Esperé a que pasara la lluvia encerrada, ensimismada viendo mensajes y cartas.
Un café con una buena amiga y el haber podido hablar con el delineante unas horas más tarde, calmó mis sentimientos. La tercera caída ha servido, sí señores, prometo esta es la última (al menos por este mes) por que en la vida puede haber muchas (aunque mi espalda y mi disco muerto no las aguanten) siempre habrá una manita, un sentimiento, una fuerza interna que hará levantarte por más mal que te sientas.
¿You only live once isn't it? so... hoy Holanda, no lo sé.
Por la tarde tuve la fortuna/desfortuna de enterarme que el entorno de el delineante no andaba bien. Y a pesar de que finalmente todo se arregló cuándo lo supe sentí como un balde de agua helada caía sobre mi cabeza mezclado con unas buenas cachetadas y con agua en la cara imaginen el dolor.
Mientras me decía a mi misma: “Dejo lo más por lo menos”, “la balanza entre PB y el delineante sigue siendo muy clara, el delineante la gana”, “primer mundo vs amor genuino”, “felicidad vs riesgos vs expectativas”; cerraba la puerta y caminé un metro. Ramas en el suelo de los árboles recién podados fueron mi escapatoria y comencé a pensar en el cambio climático y en el por qué no teníamos estructuras ecológicamente amigables para no cortar el poco oxígeno que tenemos. Caminé un metro y medio más viendo hacia arriba a la altura del cableado de la luz.
No supe cuándo ni como, perdí el equilibrio y estaba en el suelo. En la mano llevaba mi recién adquirida vinagreta de fresa para mis fabulosas ensaladas, solo faltó que el envase se hubiera roto y que la vinagreta quedara esparcida cuál sangre en la banqueta dejando ver metafóricamente lo que me desangraba en pensamientos y lo muerta que me sentía en ese momento.
Afortunadamente nadie me vio caer, tuve tiempo para decirme: “¡Carajo!, ¿otra vez?”, levantarme, sacudirme, recoger mi intacta vinagreta y seguir mi camino con cuidado al carro. Obviamente una vez llegando al carro solté el mar de lágrimas cual magdalena, el cielo me hizo compañía porque tremendo tormentón que se soltó. Esperé a que pasara la lluvia encerrada, ensimismada viendo mensajes y cartas.
Un café con una buena amiga y el haber podido hablar con el delineante unas horas más tarde, calmó mis sentimientos. La tercera caída ha servido, sí señores, prometo esta es la última (al menos por este mes) por que en la vida puede haber muchas (aunque mi espalda y mi disco muerto no las aguanten) siempre habrá una manita, un sentimiento, una fuerza interna que hará levantarte por más mal que te sientas.
¿You only live once isn't it? so... hoy Holanda, no lo sé.
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