Zurich, septiembre de 1952
En el silencio, el ansia impulsaría a la gente a reflexionar, y no se puede pensar que le pasaría a la conciencia. La mayoría de las personas le tienen miedo al silencio, razón por la cual cuando siminuye el ruido continuo, por ejemplo de un conversación siempre hay que hacer, decir, silbar, cantar, toser o murmurar algo. La necesidad de ruido es casi insaciable aún cuando por momentos el alboroto nos parezca intolerable.De todos modos, siempre es mejor que nada. En lo que denominamos significativamente "silencio de tumba" nos sentimos incómodos. ¿Por qué?. ¿En él habrá fantasmas quizá?, no creo. Lo que tememos es lo que podría provenir de nuestra interioridad, y de eso precisamente tratamos de mantenernos alejados con el ruido.
Carta de Carl Jung a Karl Oftinger
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