"Este año, no estaré en tu cumpleaños, aún cuando sabes que siempre y a pesar de la distancia estoy contigo, tu decidiste tu camino, así como yo el mío, no sé que nos depare este trecho, hay mucho que mover y derrumbar, no podemos seguir como si nada hubiese pasado cuando aún hay cosas que duelen y la confianza no se ha recuperado, sin embargo no hay prisa, yo sabé esperar como lo he hecho hasta ahora poco a poco irán saliendo las cosas y esos sentimientos del "lado oscuro".
Te quiero y eso tenlo muy en cuenta, no quiero lastimarte más de lo que ya lo he hecho y no me molestaría desaparecer de nuevo para que seas feliz, en verdad feliz.
Este año podría regalarte cualquier cosa, pero esta vez te regalo algo mio, tan mio y tan tuyo a la vez; Rayuela. Cortázar, aquél quien en algún momento fue el portavoz de esa carta enviada, solo su literatura pudo poner en orden esos sentimientos que estaban tan deteriorados, así que, tomé prestadas unas líneas, las cuales encontrarás en este libro, aquel que me recuerda a ti, lo que fuimos y lo que seremos, ahí adentro va parte de mi vida, mi vida después de nosotros."
Por supuesto jamás regalé el libro y esta carta jamás llegó a su destinatario me parece que no la hubiera valorado ni la carta ni el libro, la publiqué porque me acordé de esa mágia, esa mágia que sentía y que perdí, la mágia que ahora renace es pura y nueva por supuesto hacia alguién más.
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