Después de descender por una oscura rampa acompañados de 24 monjes iluminados en color azul y violeta hemos llegado al corazón de la cava, “al cerebro”, le llama Martha Molina, gerente general de la Vinícola Toyan en San Miguel de Allende.
Ahora estamos en conexión con la tierra y Martha nos pide guardar silencio. El vino necesita paz y se altera con la presencia de extraños.
Cava vinícola Toyan by Rebeca Cabrera |