"Eres mucha pasión", me dijo un extraño una noche estrellada en alguna playa del caribe. En otro punto de mi historia, me hubiese sentido orgullosa de ser lo que soy, pero esa noche, como muchas otras estaba harta de ser como soy. La verdad es que me he puesto a pensar en de qué sirve ser tanta pasión, sentir tanto, dar sin esperar, oír miles de millones de veces que eres la mujer más sensacional que se han topado sobre la tierra, sentir que seguramente mañana encuentro a ese alguien que no me tenga miedo y que quiera vivir conmigo esa intensidad al unísono.
Qué importa que quise mover cielo mar y tierra, dejar mi vida para iniciar otra al otro lado del charco en un país en donde ni mi idioma hablan, qué importa perder un boleto de avión a Holanda, qué importa pasar horas sentada en una computadora para esperar a un fotógrafo irreal, qué importa haber sacrificado mil noches de fiesta por estar contigo, qué importa haberme convertido en una organizadora de fiestas para que tuvieras el cumpleaños que nunca tuviste, qué importa haber escrito cuentos, ¿qué importa?, hoy ya nada de esto importa.
En mi condición de viajera incansable debería saber que soy como aquel paisaje increíble que pasa una vez, que queda en tu memoria, en una foto, en la memoria y eso es todo. Hoy he aceptado esa condición de estar para marcar la vida de alguien más pero no ser lo que marque la de otros. Y lo acepto pero no puedo dejar de sentirme rara. Puedo tener a este o aquel en mi cama ¿y? al día siguiente ni ese ni aquel me preguntan si estoy bien o si haremos algo sencillo como ir al cine, ir a cenar o platicar.
Llegué a la conclusión de que estoy hasta la madre de pensar en el amor, lo acepto no voy a buscarlo, ni a llamarlo, ni a intentarlo. Aunque no pueda arrancarlo de mí.
This is love calling earthDo you know how much it hurts?I didn't die overnightIn the wind I had candlelight
